30 días para enrojecer mi sangre

Ayer tuve la tercera cita con la nutricionista, para continuar con el rigor de mi plan de reducir cms. Como siempre, el momento de la medición me causa pánico y ansiedad. 


Es una medición a pulso de «yo» contra «mi». El entrenamiento para aprender a trotar, la apuesta al pilates, el desafío del TRX y ser coherente al servir en el plato la cantidad justa y balanceada de comida, rechazando el exceso de apetitosos carbohidratos por colores verdes… todo ese esfuerzo rebobina como una película en mi cabeza justo antes de empezar a sentir la presión del vernier midiendo. Al final lo que uno espera es ver resultados, donde cada centímetro cuenta.


Además, en esta cita llevaba el examen de insulina y un perfil 20, cuyas nomenclaturas eran indescifrables para mí.


Resultado: Oh yeah baby. Fuck. Fuck. Fuck. 


¡Oh yeah baby! Sigo perdiendo medidas, y esta vez se sumaron los muslos al afán de verse mejor; además no tengo ningún problema con la insulina, más bien mi cuerpo procesa bastante bien el azúcar. (Ignoré los kilos, adiós a la pesa, bienvenido el metro)


Fuck. Fuck. Fuck. Tengo un perfecto cuadro de anemia. La hemoglobina y los hematocritos están de huelga, mi sangre no es tan roja como debería, y los glóbulos rojos no son tan grandes como quisieran ser.


Se supone que debería estar fatigada, cansada y agotada. La verdad no lo estoy, aunque después de salir de la consulta comencé a sentirme mal. (La mente es una vainita seria…)


Así que más hierro y más carne, menos granos y fibras. Al plan de reducir centímetros se le suma una meta más importante: tengo 30 días para enrojecer mi sangre. 



Sábado de: Wtfest

Al fin, el tan esperado Wtfest llegó. Giancarlo, como siempre, estaba en la plaza desde las 7:00 am, no le gusta dejar nada al azar y además, le apasiona lo que hace. 


Mientras tanto, yo llevaba a Bella al veterinario para hacerse la citología, para ver si podíamos casarla con Killer. Pero lamentablemente se nos pasó el tiempo. La verdad es que contamos mal: no es posterior al último día del sangrado que se cuenta, sino 8 ó 9 días después del primer día de la regla. 

En fin, de vuelta al Wtfest, creo que superó cualquier expectativa: más de 9.000 personas rockearon junto a las 14 bandas que se montaron desde las 2:00 pm hasta pasadas las 9:00 de la noche. Además, desde oidossucios se transmitió en vivo el evento, gracias a la dedicación de todo su equipo, quienes vivieron el Wtfest desde el mero centro de la acción, entre pogos y adolescentes eufóricos.

Tarima roja
… hasta las metras
Luis, Melanio y yo

Atkinson y @DjMarco77

Lucas y Chicha de Los Mentas

Los Troopers de One Chot

Los Telecaster en tarima

Sónica con par de fans
En el backstage, las ganadoras de los pases se paseaban emocionadas entre las bandas pidiendo autógrafos y fotos, mientras sus mamás vigilaban muy de cerca el comportamiento y las hormonas de sus retoños. 

Por su parte, la mayoría de las bandas que tocaban, llegaban mucho antes para vacilar el concierto y disfrutar del ambiente de «joda rockera» que se vive cuando reúnes a un poco de gente que tiene rato tratando de crear una movida musical en el país.


Los muy ingleses chicos de Is Tropical estoy segura que disfrutaron al máximo la experiencia de estar en un país con tanto calor como este. A pesar de los casi 30 grados y del sol, estos chicos se paseaban con chaquetas de cuero, brincando de un lado al otro, con una bandera de Venezuela que se convirtió en el accesorio inseparable del cantante de la banda.


Pogos, malta, gritos, hormonas, diversión y mucho rock fue lo que se vivió ese sábado en la Sadel, con un cierre cargado de papelillo, y un gustito a buen rock en el paladar. Estoy segura que estos casi 9.000 chicos que estuvieron en el Wtfest, no olvidarán la experiencia del festival por mucho tiempo.


Yo por mi parte no tengo manera de explicar lo orgullosa que estoy de mi Satán… 

El Wtfest está más cerca y mi novio también!

Si, este sábado es el Wtfest, un súper show lleno de Rock&Roll, que va a montar 14 bandas nacionales en dos tarimas, durante casi 8 horas continuas de música.


Así que hoy es el día del premontaje, seguramente estaremos corriendo de un lado al otro. Aun cuando Gian es el que lleva el evento, yo siempre lo acompaño, lo grabo, le tomo fotos… Como he dicho muchas veces, soy su principal fan.

Desde el pre-montaje





Ahora, lo mejor de todo, es que el domingo al fin me devuelven a mi novio. El pobre ha estado durante mes y medio en la preparación del evento, y desde hace 20 días metido de cabeza con el twitter. Así que, Gian ha estado ausente y absorto.


No puedo decir, que no me haya molestado más de una vez y que no le haya salido con el clásico regaño: «los fines de semana son para que compartas conmigo, basta de que te traigas trabajo para la casa» (Automáticamente, al decir esta frase, me salían rollos imaginarios en el cabello y un rodillo en la mano…jajajaja). Pero tampoco puedo negar lo orgullosa que estoy de él…. y lo feliz que me hace saber que el domingo no habrá más hastag, ni RT, ni tweets.



Tesis entregada. Felicidad empastada

Luego de un año y medio de claustro en el Iesa, al fin entregamos la tesis. Ahora sí se puede decir que estamos graduadas.


Cuando comencé en el Iesa, estaba segura que iba a ser una pesadilla. Todo el mundo sabe que los que egresan de ahí son todos unos almidonados de pantalón caqui y camisita de cuadros, con el pelo de medio lado, muchachitos engreídos, que ven por encima del hombro cualquier cosa diferente. 


Así que, ante ese funesto panorama, no se puede hacer otra cosa más que rebelarse. Primer día de clase, jeans rotos, converses sucios, camisa estampada completaban mi pinta de rarita, con mis tatuajes y con cara de «Los odio a todos»


Prejuicios. Me conseguí con un grupo de guarros maravillosos, de gente como uno de esa que habla sin pelos en la lengua, de los que prefieren sentarse en una tasca, reírse de la vida y tomarse las cosas con calma. Ese tipo de personas que tiene la maravillosa capacidad de burlarse de sí mismos, y de los cuadros eróticos del Iesa. 


Cuentos muchísimos, chistes internos más aún… Así que, al entregar la tesis, luego de tanto esfuerzo y lindas vivencias, fue inevitable caminar con la sonrisa más estúpida del planeta dibujada en el rostro. Grabamos el momento, por supuesto. 


Disculpen el nivel de idiotez del video y la risa fácil. No es un vídeo para todo el mundo, es un recuerdo para nosotras.



Apartado: Aun cuando nosotras ya entregamos nuestras tesis, Ale y Hernán siguen en eso. Los vamos a extrañar en la graduación. Pero, siempre hay esperanzas… 

El Mercadito de la plaza

Como comenté en un post anterior, el domingo estuvimos en el Mercadito de la Plaza. Hice un video con lo que vi. Lo mejor para mi, una bandita de 5 músicos versionando «La Pantera Rosa».

Vean… les juro que cuando terminen de verlo quedarán como exaltados (por la música)

Domingo ecléctico y desenchufado

Qué domingo. Hicimos tantas cosas en tan poco tiempo. Tal como cualquier día del año. Sin celebraciones excesivas, aun cuando era el día del padre.

Almorzamos en Antigua, con el papá de Gian. El regalo más importante probablemente fue llevarlo justo a ese sitio, que atesora tantas cosas de tantos estilos. Igual es mi suegro, su casa es un rincón lleno de cosas con historias, a mi me encanta pensar qué secretos guardarán.

  

Luego, directo a Don Perro a intentar conseguir una panty para nuestra Bella, que está en su segundo período, y a diferencia del primero, este ha sido traumático. No voy a explicar mucho porque caería en descripciones escatológicas. Sólo les puedo jurar que cada mañana, pareciera que mientras dormíamos, un asesino entró a matar a su víctima en la sala, la cocina, el cuarto…

Dadas sus medidas, redondas y deliciosamente llena de cauchitos pellizcables, ha sido difícil. Ayer le compré unos pañales de adulto para la incontinencia, pero se le sale. Hoy al fin conseguimos una guapísima pantaleta de jean. Me da mucha pena verla sentada sin entender qué carrizo tiene en el rabo… pero es por su bien, y el nuestro.

Terminamos de pasar la tarde en el Mercadito de la Plaza. Cada cierto tiempo, se reúnen un poco de diseñadores y «diseñadores» para exponer sus piezas: desde prendas de vestir hasta cosas para la casa. Suele ser bastante repetitivo, pero en una ciudad como Caracas, con tan pocas cosas que hacer y tan poco sentido de los espacios al aire libre, suele ser un respiro. (Luego subiré un video de lo que había en la plaza)

Además, la tarde nos regaló el escenario perfecto azul y rosado, para escuchar a Nana Cadavieco en acústico, cantando a todo dar y versionando un par de canciones: una de los Tomates Fritos y Black&White de Michael Jackson.

Ahora… mientras yo escribo en el blog, Gian le cocina a Ian, unas deliciosas lentejas, pues leyó en internet que ayudan a la displasia del gordo. Definitivamente es el mejor papá del mundo!

Wtfest en la radio

Soy la fan número uno de Giancarlo. En serio. Admiro su pasión por hacer las cosas bien, la creatividad que tiene, y cómo siempre logra lo que quiere, de una u otra manera. Ahora está trabajando de lleno en el Wtfest, un festival que lleva a cabo la marca que maneja.

El Wtfest es un súper concierto que se va a realizar el próximo sábado 25 de junio, a partir de las 12 del mediodía en la plaza Alfredo Sadel: son dos tarimas, más de 8 horas contínuas de mucha música de todos los estilos con las mejores bandas, nuevas y viejas, de la movida nacional

El cartel del Wtfest

Este jueves estuvo junto a los muchachitos de The Asbestos y Bioshaf en el programa de radio Rock en Ñ, en un especial dedicado al Wfest. Por su puesto que, su fan número uno fue para grabar todo lo que pasó en el programa.

Vean el video que hice de la entrevista, donde encontrarán todo lo que necesitan saber del Wtfest!

Sábado de: infinita tristeza

Este sábado se suponía que iba a ser fotográfico: quería tomar una foto cada hora. Hasta cronometré el temporizador del iphone, de manera de tener recordatorios cada 60 minutos.

Sólo pude tomar 4 fotos: desayuno, tenis, compra de huesos para Ian y Bella y cita en el veterinario. No más.

Tenis + Juguetes + desayuno +  Ian y su hueso

La visita al doctor no fue muy buena: Ian tiene displasia de cadera, un problema en la columna (Normal en su raza, supuestamente) y una pata de adelante con rotación del hueso. Es decir, un desastre de esqueleto.

«Todos los Bulldogs sufren de esa condición» – aseguró el doctor. Pero, este no es cualquier Bulldog, es el nuestro. Lloré toda la consulta, llegué a la casa llorando, y hasta hace poco seguía llorando… Lo de Ian es degenerativo, no hay manera de curarlo, sólo se puede tratar para disminuir el dolor. Mi pobre bully sólo tiene 3 años.

Las fotos, se me olvidaron. Sólo pude tomar estas 4.

Esa sensación de dejar el trabajo

No sé si alguna vez han tenido que renunciar a sus trabajos. Yo sí. Cuando tu trabajo se convierte en tu hogar, y la gente que trabaja contigo es tu familia, la nostalgia y la post-depresión es terrible, tanto para los que se van como para los que se quedan.


En el último par de años me ha tocado despedirme de quienes comenzaron siendo simples compañeras de trabajo a mis mejores amigas, esas que se convierten en tus hermanas elegidas. Una por año se va del país: Veru a Indiana en Estados Unidos, Karina a Barcelona en España y ahora Fer a Chile. 


Sin contar con todos los amigos del colegio que huyeron mucho antes de que Venezuela se convirtieran tristemente en lo que «intenta» ser hoy en día.


Hoy se va Valentina, la recién enamorada. Al menos no se va del país, sólo cambia de trabajo. Pareciera egoísta, pero aun cuando me parte el corazón en mil pedazos – aunque me hago la fuerte- el hecho de saber qué solo estará a unas cuantas estaciones me hace sentir mejor…


Pero es que han sido tantas las despedidas, en tan poco tiempo… que es inevitable la sensación de pérdida continua.


Sin embargo -luego de limpiarme las lágrimas- como dije en un post anterior todo cambio siempre es bueno. La vez que me tocó renunciar a mi trabajo, me topé con una canción de Gwen Stefani como solista que me dio aliento. ¿What you waiting for?


El miedo al cambio, a no poder lograrlo, a estar sola ante un nuevo panorama siempre nos aterra. Pero qué estás esperando? Estoy segura que a Valentina le va a ir mucho mejor, y cambios es lo que nos falta por vivir. Así que, tick tack tack tick tack… ¿What you waiting for?